Paula tiene miedo a la oscuridad
Había una vez una niña llamada Paula, que tenía miedo a la oscuridad. Cada noche, cuando su mamá la acostaba en la cama y apagaba la luz, Paula sentía un escalofrío recorriendo su cuerpo. Se tapaba con las sábanas y cerraba los ojos, tratando de dormir lo más rápido posible para que llegara la luz del día.
Un día, Paula decidió que no quería seguir teniendo miedo a la oscuridad. Habló con su mamá y le contó cómo se sentía. Su mamá le explicó que a ella también le pasaba cuando era pequeñita. Juntas hicieron un plan.
Cogieron una linterna, apagaron la luz de la habitación y se convirtieron en valientes exploradoras. Recorrieron todos los rincones habidos y por haber, decidieron poner voz a todos los muebles y objetos. La silla, armario, cama, mochila, libreta, lápices, colores, todos eran divertidos. Un clima de risas las invadió, lo que provocó que Paula se diese cuenta que eran sus pensamientos los causantes del miedo. Decidieron apagar las linternas, lo que provocó que apareciera la magia de la noche.
Contemplaron a través de la ventana la preciosa luna, que se asomaba sonriente para darles las buenas noches. Escucharon el silencio de la noche, que se sincronizaba con sus respiraciones pausadas y les invitaba a descansar. Paula descubrió que los fantasmas que se había imaginado podían convertirse en sus amigos, ya que todo era fruto de sus pensamientos. Decidió utilizar su gran imaginación como aliada. ¡No había nada que temer!.
Durante un tiempo decidió poner una pequeña luz nocturna en su habitación, hasta que reconoció que ella era valentía y desapareció su temor a la oscuridad.
¡Buenas noches pequeñ@s soñadores!