Había una vez un rinoceronte llamado Paco que tenía un problema muy peculiar, ¡constantemente le daba el hipo! Paco no podía dejar de hacer "hip-hip" en todo momento del día y, aunque intentaba todo tipo de remedios caseros, nada parecía funcionar.
Un día, Paco oyó que había un famoso veterinario en la selva, que era conocido por solucionar todo tipo de problemas extraños, y decidió ir a buscar ayuda. Cuando finalmente encontró al veterinario, le explicó su problema y este le dijo que tenía una solución infalible.
- "Lo único que necesitas, Paco, es un buen susto", dijo el veterinario. -"Te asustaré de tal manera que tu hipo desaparecerá para siempre"
Paco dudó un poco, pero confiaba en el veterinario, así que decidió darle una oportunidad. Poco después, apareció un león feroz y rugió tan fuerte que todos los animales de la jungla se asustaron. Pero en lugar de desaparecer, el hipo de Paco se volvió aún más fuerte y constante.
- "¡Oh no!", exclamó el veterinario, "¡esto no estaba en mi plan!".
Paco, por su parte, comenzó a reírse tan fuerte que todos los animales de la jungla se detuvieron a mirar. Y para sorpresa de todos, después de esa fuerte risa, el hipo de Paco desapareció por completo.
Paco se alegró mucho de haber encontrado la cura perfecta para su problema de hipo. Pero después de un tiempo, comenzó a extrañar el sonido familiar de su propio hipo. Sí, era un poco molesto y a veces vergonzoso, pero echaba de menos aquel sonido.
Así que Paco decidió darle una oportunidad a su hipo y dejarlo ser parte de él. A medida que se acostumbraba a su hipo, comenzó a jugar con él y hacerlo en diferentes tonos y melodías. La gente de la selva se sorprendía al oír sus hipos musicales y divertidos y comenzaron a pedirle que querían ver más.
Todos querían escuchar su "hipo concierto" en vivo. Paco se dio cuenta de que su hipo formaba parte de la vida y que no debía tratar de cambiarlo.
A partir de entonces, se convirtió en una estrella del espectáculo en la selva y todos los animales se reunían para escuchar sus audiciones de hipos musicales y alegres. Paco estaba feliz de poder compartir su talento único con el mundo.
¡Felices sueños pequeñ@s soñadores!